Se te hace difícil mantener relaciones.
No puedes confiar completamente en tus amigos, o familiares.
Raramente te disculpas.
El drama te sigue a todas partes.
Pasas mucho tiempo en redes sociales.
Hablas de otras personas.
Te separas de los demás cuando sus opiniones son diferentes a las tuyas.
Te conectas fácilmente al Espíritu y probablemente tienes muchos amigos ya que sabes escuchar y aconsejar a otros. Por lo general te conviertes en un camarada.
Sin embargo mantén en mente el versículo "El que crea que esté firme mire que no caiga".
Tu toxicidad es cambiante. A veces te tambaleas al borde del abismo sin saber qué posición tomar en una u otra situación. Tomas decisiones equivocadas y de vez en cuando te desquitas con personas cercanas. Sin embargo, nunca es tarde para pensar en ello y volver “a la luz". La oración será importante para reforzar lo que ya Dios ha comenzado a hacer.
Sueles manipular a las personas y Pensar únicamente en ti. A veces haces que otras personas se sientan culpables sin darte cuenta y, por lo tanto, provocas en ellos inestabilidad emocional. Trata de pensar no solamente en ti sino en aquellas personas que te rodean, y hazte la pregunta ¿Cómo puedo ser más como Jesús?